Como traders, estamos acostumbrados a lidiar con ideas convencionales acerca de la forma de hacer dinero en los mercados financieros. Muchas de estas ideas son auspiciadas por la información pública proveniente del análisis técnico y fundamental, y conducen a una aparente única estrategia para batir al mercado: Invertir en la dirección de X instrumento, sea al alza o a la baja.

Y aunque esta forma de transar es una fuente interesante de rentabilidad cuando se cuenta con la metodología adecuada, estaríamos limitándonos como participantes del mercado a la incalculable variedad de estilos de inversión existentes, además del enorme universo de instrumentos que se encuentran disponibles incluso para el trader retail, con sus diferentes características, perfiles y riesgos.

Para empezar a abarcar este conjunto de posibilidades, es necesario conocer en primera instancia la manera en la cual nos aproximamos al mercado. Esto quiere decir, de qué forma llegamos a tomar exposición en determinados instrumentos. Existen dos definiciones básicas a la hora de definir nuestra operativa de acuerdo al medio por el cual tomamos decisiones de inversión:

Estrategia de Trading Discrecional:

Una estrategia de inversión es discrecional cuando a pesar de tener unas reglas básicas de operativa (o no tenerlas), es la perspectiva, expectativa, experiencia o intuición el factor principal que lleva al trader a tomar decisiones de inversión. No existen parámetros específicos de entrada y/o salida en las transacciones realizadas, ya que será el trader el que tiene la última palabra en estos aspectos. Este tipo de estrategias suelen ser muy flexibles en sus condiciones, pero en contraposición la psicología del trader puede afectar notablemente los resultados esperados.

Estrategia de Trading Sistemática:

Una estrategia de inversión es sistemática cuando existen variables, escenarios de mercado y parámetros completamente definidos para la operativa. Suele contar con reglas estrictas y precisas para la exposición en el mercado, con el objetivo de buscar comportamientos estables en la cuenta. Si bien este tipo de estrategias minimizan en gran medida el error humano, también carecen de la flexibilidad que otorga la pericia del gestor.

Por supuesto, una estrategia de inversión puede tener aspectos de ambas definiciones.

Además de estas definiciones, existen diversos estilos de inversión, cada uno con innumerables variantes. Los más conocidos y documentados son:

  • Direccional: El más común de los estilos. Consiste en invertir en la tendencia de un instrumento. Las aproximaciones más conocidas a este estilo son el análisis fundamental y el análisis técnico. Prima el uso de órdenes de stop loss y take profit.
  • Long Bias: En este estilo el portafolio puede estar compuesto por posiciones compradas y vendidas al tiempo, pero las compras estarán sobre-ponderadas con respecto a las ventas, pues el trader tendrá la expectativa de que uno o varios mercados en particular tendrán una tendencia al alza por explotar.
  • Short Bias: El mismo concepto anterior, pero con las ventas sobre-ponderadas con respecto a las compras. Aquí el gestor espera una tendencia bajista en uno o varios mercados
  • Market Neutral: En este estilo de inversión el gestor realiza coberturas para eliminar distintos riesgos en los instrumentos a invertir (generalmente el riesgo direccional) para explotar una ineficiencia que el mercado ofrezca. Esta misma ineficiencia es la fuente tanto del riesgo como de rentabilidad para los portafolios estructurados bajo este estilo.
  • Long/Short: En este estilo de inversión suelen existir diferentes posiciones compradas y vendidas en el portafolio, cada una con sus perfiles de riesgo/beneficio individuales. Generalmente el número de compras iguala el número de ventas, con lo cual se dice que los shorts “financian” las compras.

Como es evidente, un trader puede convertirse en un gestor integral cuando logra encontrar un equilibrio entre distintos estilos de inversión y método de toma de decisiones.

Cuando un trader logra traspasar las barreras y dominar diferentes estrategias, es capaz de estructurar un fondo diversificado no solo en instrumentos, sino en administración de riesgo y de visión de mercado, creando no una sino varias fuentes de ingreso en una misma cuenta de inversión.